2.2. El DIU

Los laboratorios Searle retiraron el DIU (Copper 7 y Cooper T) del mercado en Estados Unidos, porque sus gastos en el pago de las indemnizaciones aumentaban. Es decir, que los efectos secundarios del DIU eran confirmados ante los tribunales de justicia, y previsiblemente lo que tendrían que gastar en indemnizar a las víctimas de sus productos iba a ser más que lo que ganaban comercializándolos.
Searle había defendido los dispositivos con éxito en ocho pleitos y perdido dos, aunque había 300 pleitos pendientes.
A finales de 1985, la multinacional Monsanto absorbió a Searle. Searle no podía conseguir seguros que le cubrieran de los potenciales riesgos de estos dos productos. Y hay que tener en cuenta que las compañías de seguros tienen los mejores expertos en evaluación de riesgos (por la cuenta que les trae...).
Las ventas de los dispositivos, sólo en Estados Unidos, proporcionaron unos 11 millones de dólares en 1985, mientras que los costes legales de tan sólo 4 pleitos de los centenares pendientes, fueron de 1 millón y medio de dólares. Searle decidió retirarse del mercado de Estados Unidos.
En otros estados, organizaciones de mujeres como la Fertility Action de Nueva Zelanda, han pedido que el Copper 7 sea retirado. Tienen reclamaciones de decenas de mujeres que han sufrido problemas. Añadamos que, en Brasil, la «Asociación para el Bienestar de la Familia», una organización brasileña de planificación familiar BEMFAM, filial de la IPPF (International Planned Parenthood Federation), puso a las mujeres el dispositivo intrauterino DIU, cortándoles luego el hilo, indispensable para su extracción. A causa de ello, sólo se podía sacar el dispositivo a través de una operación quirúrgica, que ninguna mujer estaba en condiciones de pagar. Las mujeres quedaban así prácticamente esterilizadas.

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