7.1. Genocidios del siglo XX

Cuando el mundo, horrorizado por el descubrimiento de los campos de exterminio nazis, se prometió que esta historia no se repetiría, había verdaderas intenciones de prevenir y atacar las políticas genocidas que pudieran ser planificadas por los gobiernos totalitaristas en el futuro.
Tras la Segunda Guerra Mundial, y una vez adoptada por la ONU la Convención sobre Prevención y Castigo del Delito de Genocidio de 1951, los millones y millones de víctimas de ese delito internacional se suceden década tras década. Este delito está catalogado como “crimen de guerra” y “crimen contra la humanidad” y debe ser perseguido por la comunidad internacional. Los genocidios no se dan de un día para otro, son anunciados por sus propios verdugos, mientras el mundo, generalmente, mira para otro lado.
Se constituye un genocidio cuando se trata de un acto criminal premeditado, organizado sistemáticamente con miras a exterminar a poblaciones de acuerdo con criterios de nacionalidad, comunidad política, etnia o religión.
La Primera Guerra Mundial opacó por completo el primer genocidio que se dio en esta centuria: un millón y medio de armenios fueron sistemáticamente asesinados en las postrimerías del Imperio Otomano en lo que hoy es Turquía.

LOS ARMENIOS, LOS PRIMEROS

En 1915 se llevó a la realidad lo que se venía gestando desde finales del siglo XIX: acabar con los armenios porque “eran un peligro para el Imperio”. Enver Pasha ordenó el que sería el primer genocidio del siglo XX. Primero discriminó de forma radical al pueblo armenio y luego dio la orden de destierro. En el intermedio mandó decapitar a toda la capa intelectual e ilustrada de la población armenia. Pueblo tras pueblo, los turcos organizaban orgías sangrientas a las que se obligaba a asistir a las futuras víctimas. En ellas violaban a las mujeres y niños, decapitaban a hachazos a los hombres. Hicieron mutilaciones en público, enterraron vivos a miles y miles de ancianos, y obligaron a morir de hambre a más de un millón de personas. Con la caída del Imperio Otomano y la creación de la nación de Turquía, el genocidio simplemente se olvidó.

EL GULAG SOVIÉTICO

En 1930, el campesinado de Ucrania se opuso a trabajar en las granjas cooperativas, porque no podían responder a las exigencias de Moscú. Entonces, Stalin comenzó la confiscación de la tierra y los traslados masivos de ucranianos, especialmente a Siberia. También confiscó toda la producción agrícola. Ningún campesino podía tomar nada de lo que cultivaba. Así comenzó uno de los genocidios más atroces de este siglo: matar a punta de hambre. Quienes eran descubiertos robando comida eran fusilados en el acto. Quienes trataban de huir a las ciudades en busca de comida, también.
Y el hambre lleva a los hombres al canibalismo. Ryszard Kapuscinsky, en su libro El Imperio, logra testimonios de sobrevivientes: “Muchas personas perdieron la capacidad de compasión, de socorrer a otros...”. “Un día, un vecino de Vasili vino a verlo y ve que el cuerpo de su hijo mayor cuelga de la puerta. Le pregunta por el otro hijo, y le responde: Está en la despensa, lo ahorqué ayer. ¿Por qué lo hiciste?. Porque no hay nada para comer”. Se habla de dos millones de muertos, otros dicen que diez.

EL GENOCIDIO JAPONÉS EN NANKING

Entre 1931 y 1935, los japoneses que habían invadido parte de China sometieron a la población de Nanking, capital de la China Nacionalista, al exterminio. Centenares de miles de chinos fueron eliminados con el sadismo que demostraron las fuerzas japonesas invasoras en otras partes del Pacífico. A los hombres los forzaron a violar a sus madres e hijas, a las mujeres las clavaban a los árboles y les introducían hierros calientes en sus genitales, a los hombres los ataban de las manos y los alineaban para ser fusilados en masa, a miles de bebés los atravesaron con la bayoneta y a muchos los enterraron vivos. Todo se hizo bajo la complacencia del emperador Hiro Hito. Nunca se pudo establecer el número de víctimas, pero se cree que sobrepasó los 500.000.

LOS CAMPOS DE EXTERMINIO CAMBOYANOS

En Camboya, los jemeres rojos, al mando de Pol Pot, acabaron con dos millones de los siete que constituía la población camboyana en 1975. A un millón más lo mandaron al exilio. Cuatro años de sevicia contra todo el que se veía como enemigo para su revolución agraria. Empezaron con la gente educada. Continuaron con las gentes de todas las ciudades porque la urbe era perniciosa. Exterminaron porque querían una sociedad ideológicamente pura, sin las taras propias del capitalismo y de Occidente. Centenares de miles de campesinos fueron trasladados de sus regiones y vestidos con trajes azules para que, cuando el ejército recibiera la orden de matar, ya supiera a quiénes disparar.
A las víctimas hombres les hacían cavar grandes zanjas. Luego los ponían en fila horizontal frente a ellas. Los mataban con machete o azadones para no gastar munición. Cada soldado ejecutaba con estos métodos de 20 a 30 personas por minuto. Pol Pot aseguraba respecto a las víctimas que no eran claros enemigos del régimen: “Mantenerlos no representa ningún beneficio, destruirlos no significa una pérdida”.
Además de considerar Pol Pot que la vida de los demás no valía nada, según su visión radical del socialismo, intentó liquidar la idea de familia, destruyéndola y obligando a todos a vivir en lugares comunes. La misma política había sido implementada por Stalin en Rusia. Primero se arrebató la tierra a los campesinos y luego se les entregaron pequeñas parcleas deliberadamente dispersas en áreas alejadas una de otra. El resultado de esto fue que para trabajar esos lotes la familia tenía que vivir separada.

GENOCIDIOS EN AMÉRICA

América no escapa del genocidio. Independiente de las guerras y dictaduras, lo que los militares hicieron en Guatemala contra los indígenas, según la Comisión de Esclarecimiento Histórico avalado por la ONU, fue genocidio. Allí mataron a familias enteras, quemaron poblaciones completas y se ensañaron contra las gentes de etnias mayas. El paramilitarismo, consentido por los generales Lucas García y Ríos Montt, realizó durante una década (1982-1992) casi 500 matanzas delante de la población, que era obligada a presenciar incluso la tortura y el asesinato de sus propios hijos. Todas las víctimas eran indígenas: pretendieron exterminar al menos a 4 de las 23 etnias mayas existentes allí. Fueron 150.000 muertos y 50.000 desaparecidos durante 36 años de guerra en una población que no alcanza los 8 millones.




LAS MATANZAS DE TIMOR ORIENTAL (1975-1999)

Timor Oriental fue invadido por Indonesia, a cuya cabeza de gobierno estaba el general Suharto. Entre 1975 y 1999 fueron 270.000 los asesinados y 200.000 los exiliados, de una población de 750.000 nacionales. Se realizaron fusilamientos masivos contra los cristianos (Indonesia es musulmana), mutilaciones y decapitaciones al por mayor. En 1999 el referendo en Timor Oriental votó por la independencia. Esto no gustó a los indonesios; mataron en menos de un mes a 30.000 timorenses. Allí tampoco oficialmente se ha hablado de genocidio.

LA OPRESIÓN RUSA SOBRE CHECHENIA

La ocupación rusa de Chechenia en 1991, a pesar de que fueron expulsados de ellí por el fallecido Dzhokar Dudayev, se convirtió en una verdadera guerra el 11/12/94 después de una serie de disturbios en noviembre de ese año. En tanto que más de cien mil chechenos murieron en esa confrontación, otras decenas de miles fueron forzados a emigrar. Bajo esas circunstancias Chechenia perdió una inmensa cantidad de riquezas y bienes económicos. Cuando Rusia hizo saber que lo que sucedía en Chechenia era “una cuestión interna”, nadie protestó en el resto del mundo. Sobre cada metro cuadrado del país cayeron toneladas de bombas. Se llevó a cabo un genocidio con armas quñimicas como nunca se ha visto en la historia. Aunque ese tipo de armas está totalmente prohibido, se las usó y aún se las usa allí. Así y todo, después de todas las bestialidades que cometieron, los rusos tuvieron que admitir en Agosto de 1996 la derrota a manos de los chechenos, quienes combatían denodadamente por su tierra con todos los medios a su disposición.
Aparentemente Rusia había aceptado la existencia de Chechenia como estado independiente, según los acuerdos firmados en los más altos niveles en Agosto de 1996 y Mayo de 1997. Pero en Octubre de 1997 los rusos volvieron a entrar al territorio chechenio y empezaron una matanza generalizada, sin reparar si se trataba de mujeres, niños o ancianos. Las zonas civiles quedaron bajo el bombardeo permanente durante meses. Con el objeto de quebrar la resistencia popular, fueron elegidos especialmente como blancos los hospitales, las guarderías de niños, los mercados y la scaravanas de refugiados. Finalmente se pudo establecer que, los rusos usaron bombas quñimicas, misiles de NAPALM y Scud contra los checehnos. Además, envenenaron las aguas del río Algún, usado por muchas aldeas chechenias. La mayor parte de mujeres y niños que bebieron esa agua murieron y otros cientos esperaban la muerte en la puerta de los hospitales. Debido a ello, la población civil no podía encontrar agua para beber y otros propósitos, por lo que atravesó momentos muy difíciles.
La situación de los refugiados también era inquietante. Estudios llevados a cabo en las áreas de refugio mostraban que la violación de los derechos humanos alcanzaba grandes proporciones. Unos 250.000 chechenos que huyeron de la guerra encontraron protección en Ingushetya y el resto en regiones vecinas. Se anunció que Rusia gastó 385 millones de dólares en esa operación de agresión. Los chechenos, por su parte, revelaron que entre septiembre de 1999 y el 25 de julio de 2000 habían muerto 45.000 civiles y 1460 soldados propios. Los rusos, según el plan trazado, supusieron que para noviembre de 2000 ya habrían barrido a todos los combatientes chechenos.

LA GUERRA DE LOS BALCANES (1992-1995)

Bosnios y musulmanes a manos de Rdovan Karadzic y extremistas serbios y croatas: 200.000 muertos. La violencia interétnica en los Balcanes ha sido pródiga a los largo del siglo, con comportamientos genocidas por los ustachis croatas contra los serbios y los chetniks serbios contra los croatas en torno a las 2ªGM. Entre 1991 y hoy comunidades croatas, serbias, bosnio-musulmanas y albano-kosovares han sido objeto de persecución y exterminio por los contrarios.

RUANDA: EL ÚLTIMO

El último que estremeció al mundo fue el de Ruanda: en 1994, y tan sólo en tres meses, los hutus, entonces en el poder, asesinaron a machete a 800.000 tutsis y hutus moderados, a razón de 8.000 por día. Este genocidio fue planificado paso a paso. Primero se carnetizó a la población hutu, y luego empezó la campaña de exterminio a través de la propaganda que realizaba la emisora Des Mille Collines.
En ella se decía que había que acabar a los tutsis hasta que no quedara ni uno sobre la faz de la Tierra. Se dice que quienes planearon el genocidio quisieron involucrar a los civiles para que se sintieran responsables colectivos de las matanzas; nueva perversión en los ya de por sí perversos sistemas genocidas. Algunos de los responsables están siendo juzgados en Ruanda por el TPI, creado especialmente para el genocidio ruandés. La ONU sólo reaccionó una vez consumado el genocidio.

ORIGEN Y NATURALEZA DE LOS GENOCIDIOS

Su origen se encuentra en una ideología del odio previamente difundida. Se explota la debilidad de las personas para explicarse los verdaderos motivos de una sociedad en crisis. Lo primero que se hace es generar sentimientos de odio hacia el que se le tildará en seguida de enemigo.
Todos los genocidios del siglo XX, incluidos el nazi, el estalinista y el maoísta (que no están en este informe, pues ya son de todos conocidos), fueron organizados por gobiernos que se beneficiaron de la pasividad de sus sociedades y de la opinión internacional. Ningún genocidio se ha dado dentro de una democracia. Son planeados y patrocinados por gobernantes totalitaristas. Sólo un Estado, el alemán, ha reconocido su culpa en un genocidio, perpetrado por sus dirigentes en épocas pasadas. Ningún otro, aunque después de un siglo, reconoce que su país haya practicado un genocidio. Las víctimas claman por ese reconocimiento; no recuperarán a sus muertos, pero sí al menos el derecho a ser reconocidos como víctimas de exterminio, un derecho que en algo les devuelve la dignidad.

  ©Template by Dicas Blogger.