5. ¿Quién está detrás de los programas de planificación familiar?

“Matar la vida es evidentemente más fácil, menos costoso, y sobretodo no exige ningún sacrificio a los países ricos que pregonan este método (birth control). Mejor aún, le abre enormes mercados para la venta de sus productos anticonceptivos. Eso les permite además tener su conciencia en paz frente a la miseria de todos aquellos que no tienen sitio en el banquete” Castro de, Josué. “El hambre: problema universal”, Pág. 43

“Mientras estas naciones ni hayan adoptado una política racional en materia de población, no tienen ningún derecho, a nuestro parecer, a la ayuda del resto del mundo (...) Hay que limitar los nacimientos por todos los medios, incluso por supresión de ayuda y cuidados médicos a las naciones prolíficas” Vogt, William ( autor especializado en población y alimentos) Respuestas al hambre. Voz de los sin Voz. Pág 10

“Uno de los principales objetivos de occidente consiste en reducir la población del Tercer Mundo. Se dice que es demasiado numerosa... La explosión demográfica de los países pobres proporciona a Occidente el mejor modo de explicar a sus lectores y telespectadores, las causas del hambre.” George, Susan. Respuestas al hambre. Voz de los sin Voz. Pág 11

Vamos al grano. Intentemos desenmarañar quiénes son los responsables de los programas de eugenismo y despoblación, una tarea nada fácil.
Tomemos el ejemplo de un anticonceptivo de larga duración: el caso del Norplant.
¿Quién está detrás de la experimentación del Norplant? El Norplant es un anticonceptivo implantable que dura 5 años. Tiene terribles efectos secundarios, que hemos explicado anteriormente: ceguera, hemorragias, tumores cerebrales, inmunodeficiencia, etc.
Por supuesto, en primera línea de los responsables, aparecen los respetables laboratorios farmacéuticos que lo fabrican.
¿Quiénes son? American Home Products, que recientemente ha comprado a uno de los laboratorios más importantes de medicina natural: «Solgar». Es distribuido por Hoechst Marion Roussel. El principio activo del Norplant es el levonorgestrel, que se encuentra en diversas especialidades comercializadas en el Estado español: Microgynon, Neogynona y Triagynon de Schering; Ovoplex y Triciclor de Wyeth Orfi.
Pero los laboratorios no son los únicos implicados. Si tiramos un poco más del hilo, o como decimos aquí, «de la manta», comprobamos que el plan Norplant fue desarrollado por el Population Council de Nueva York y manufacturado en Finlandia por Leira Pharmaceuticals.
Los estudios se realizaron en varios miles de mujeres, las cuales usaron el método por un período de uno a cinco años en Estados Unidos, Chile, Finlandia, República Dominicana, Brasil, Jamaica, Egipto, Colombia, Dinamarca, Suecia, Tailandia, Ecuador, Indonesia, China e India. Las investigaciones se llevaron a cabo sin ningún tipo de control. En Brasil, por ejemplo, se colocaron implantes a adolescentes, mujeres embarazadas y mujeres que estaban amamantando; la mayoría de ellas desconocedoras de los riesgos a los que se les sometía.
Otras dos variantes fueron desarrolladas más tarde: Norplant 2 y Capronor.
Estos experimentos de la industria farmacéutica son financiados por una agencia oficial de ayuda al Tercer Mundo, que es una institución gubernamental norteamericana: la Agencia Norteamericana para el Desarrollo Internacional, AID (USAID).
Un informe oficial de esta agencia en 1993 sobre el Norplant cuando ya había sido experimentado en más de 40 estados del Tercer Mundo, lo calificaba de «eficaz, aceptable y sin efectos secundarios», ignorando sus terribles efectos secundarios.
En una entrevista del reportaje de TV «El laboratorio humano», el responsable de la AID afirmó, por supuesto, que la agencia no estaba al tanto de las condiciones escandalosas en que se hacían los implantes, las cuales hemos denunciado anteriormente.
Aseguró, con ojos de cordero degollado, que supervisaría los procedimientos.
Presionado por el entrevistador, tuvo que dar la entrevista por cancelada. Tras una llamada fuera de cámara, y con una sonrisa irónica, se excusó diciendo que le faltaban datos para responder...
La supervisión arrojó el resultado esperado: «los experimentos habían sido realizados correctamente».
Ante semejante cinismo, hay que preguntarse: ¿quién hizo esa supervisión?. ¡¡Vaya!!. Resulta que fue una asociación norteamericana denominada «Salud Familiar Internacional».
Su «independencia» está tan clara como el hecho de que recibe fondos de la AID y de las empresas farmacéuticas...
Para hacerse una idea de quiénes son estos energúmenos hay que saber quién es su fundador. El Doctor Stephen Mumford, un médico racista y nazi del «Centro para la Investigación de Población y Seguridad». Es un entusiasta promotor de un método más bárbaro todavía: la esterilización química, que pretende haber inventando, a pesar de que los médicos nazis ya lo habían hecho décadas antes que él.
El apoyo y la promoción del Norplant no ha venido sólo de los laboratorios que lo fabrican. También viene de organizaciones privadas, tales como «Salud Familiar Internacional» y el «Consejo de Población», así como de agencias gubernamentales norteamericanas tales como la AID y la «Food and Drug Administration» (FDA), que lo autorizó como un medicamento seguro en 1989. Su propagación tiene también como responsable a la Organización Mundial de la Salud, que lo ha promocionado en el Tercer Mundo afirmando «que es efectivo, reversible y apropiado».
El ejemplo del Norplant nos lleva desde los laboratorios farmacéuticos hasta asociaciones gubernamentales norteamericanas de ayuda y asociaciones privadas racistas, cuyas actividades son aceptadas por los organismos de control de fármacos norteamericanos (FDA) y organismos internacionales como la OMS.

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