4.1. Esterilizaciones ocultas

"No dar a una mujer preñada, medicamento alguno que pueda hacerla abortar"
Juramento Hipocrático

Guatemala. Esterilizaciones ocultas en los alimentos

En 1984, el obispo guatemalteco Gerardo Flores denunció la contaminación de alimentos con sustancias anticonceptivas y esterilizantes; había sido un regalo de los Estados Unidos para repartir entre la población más pobre.

Esterilizaciones ocultas en las vacunaciones.

Los intentos de control de la población tienen otros aspectos, como la búsqueda de vacunas anticonceptivas.
Actualmente, en el marco de la investigación genética y de la medicina reproductiva, se están desarrollando vacunas anticonceptivas bajo los auspicios de la Organización Mundial de la Salud. Se están probando dos métodos: uno tiene por objetivo dejar estéril a la mujer durante un tiempo determinado mediante la inyección intramuscular de espermia; el otro persigue causar una reacción inmunológica contra la hormona que provoca la nidación del óvulo fecundado.
Estas vacunas antiembarazo pueden ser combinadas, sin dificultades y de manera disimulada, con otras vacunas como, por ejemplo, la del tétanos.
Prescindiendo de los enormes efectos secundarios que también comportan estos métodos anticonceptivos, en el futuro se podría esterilizar a millones de mujeres sin su conocimiento y sin su consentimiento. Esta suposición parece confirmarse no sólo por las experiencias anteriores con los métodos puestos en práctica por los responsables de la política de control de población, sino también por algunas declaraciones concretas realizadas por los expertos competentes. Así, por ejemplo, David Griffin, colaborador de la OMS, manifestó en 1987:

«Los embarazos reiterados son como epidemias. Y, para evitar epidemias, la vacuna anticonceptiva se presenta como un arma muy atractiva que tiene que ser integrada en el arsenal actual de armas».

Mientras se trabaja en ellas, se han dado ya casos en los que se introdujeron productos anticonceptivos y esterilizantes en las vacunas convencionales.
Un ejemplo de ello es la campaña de vacunación contra el tétanos en Filipinas. A pesar de que el tétanos afecta a dos tercios de los hombres y sólo a un tercio de las mujeres, la campaña fue dirigida sólo a las mujeres, más concretamente a las mujeres en edad de procrear. El protocolo tampoco se justificaba ya que se proponía una serie de 5 inyecciones a lo largo de 3 años y en la vacunación del tétanos no se emplean tantas.
Este programa oficial del Ministerio de Sanidad olía mal. Las vacunas fueron sustraídas por un grupo de religiosas, que las mandaron a analizar. Los resultados de un laboratorio independiente mostraron que contenían BetaHCG, que funciona como anticonceptivo y, a la larga, esteriliza. Estos resultados fueron confirmados por otros análisis en varios centros médicos. Las mujeres que habían recibido estas vacunas presentaron niveles altos de anticuerpos antiHCG (Gonadotrofina coriónica), que hacen imposible el embarazo. Las que estaban embarazadas abortaron al día siguiente o en el transcurso de la primera semana (independientemente del número de meses de embarazo).
La asociación Human Life International ha denunciado que la introducción de HCG en las vacunaciones también se ha comprobado en México, Nicaragua e India. Las primeras sospechas se dieron en 1994 en México.
Esto implica una corrupción de toda la estructura sanitaria del estado y de los organismos internacionales implicados en la promoción de la vacunación, entre los que se encuentra la OMS.

  ©Template by Dicas Blogger.